Sin duda uno de los platillos más emblemáticos de la cocina yucateca es la cochinita pibil, reconocida tanto a nivel nacional como internacional de acuerdo con el Taste Atlas 2024. Y lo más interesante es que este delicioso manjar tiene sus raíces arraigadas en la cultura maya, que utilizaba técnicas de cocción bajo tierra para preparar sus alimentos.
La palabra “pibil” proviene del maya “pib”, cuyo significado es “enterrado”, haciendo referencia al método tradicional de cocción en hornos subterráneos, una práctica culinaria que aún se conserva en varias comunidades de Yucatán.
Y aunque se trata de un platillo con una larga historia dentro de la cocina yucateca, su gran sabor lo ha mantenido entre los favoritos hasta el día de hoy, pues muchas familias tienen la costumbre de desayunar una buena torta de cochinita pibil cada domingo.

Cochinita pibil, el sabor de Yucatán
La cochinita pibil se prepara a base de carne de cerdo marinada en achiote, una especia que además de sabor le otorga su característico color rojizo. Su elaboración se complementa con jugo de naranja agría, que le aporta un delicioso balance entre lo ácido y lo dulce.
Tradicionalmente, una vez que la carne de cerdo está bien marinada, ésta se envuelve en hojas de plátano antes de ser cocida, lo que ayuda a conservar los sabores y aromas de este popular platillo de la gastronomía Yucateca.
Es importante señalar, que este platillo además de ser un deleite culinario es un símbolo de identidad para los yucatecos, pues suele estar presente en celebraciones, festivales y reuniones familiares. Y aunque su popularidad lo ha llevado a estar presente en varias partes y restaurantes de la república mexicana, el sabor auténtico yucateco continúa siendo inigualable. ¿Ya probaste este platillo en Tsukán?
Finalmente, podemos decir que la cochinita pibil continúa siendo un puente entre el pasado y presente, uniendo generaciones a través de su sabor y tradición. Y para quienes visitan Yucatán, probar este platillo es una experiencia que no se pueden perder.